MIRADOR DEL SERVITÁ

La casa busca exaltar la vegetación a partir de la conservación del entorno con un sistema agroforestal, enmarcando las visuales y empleando estrategias como la jerarquía de volúmenes según el uso, para separar las zonas sociales de las zonas privadas, compactar los volúmenes y lograr unificar las piezas, conteniendo más actividades en menos área.

Para establecer vínculos con el entorno existente y buscando respetar la topografía del lugar, se implanta el volumen en el sitio donde menos se requieran modificaciones, conservando las preexistencias como el acceso y la vegetación nativa. Posteriormente, se define la zonificación de usos según el programa establecido, planteando la progresión de espacios, desde lo más público-social a lo más privado-íntimo, a partir de un punto de circulación centralizada.

Al tratarse de un cliente con familia numerosa, se busca un balance entre los requerimientos de cada usuario y la importancia de destacar y conectar visualmente con la naturaleza, asegurando una experiencia agradable en cada espacio. De esta manera, se definen tres grandes áreas: la zona social, los servicios y las habitaciones o zonas privadas. Se separan las actividades sociales de las íntimas, se otorga al usuario mayor confort y se logra una mejor adecuación del espacio. Este esquema organizacional permite la ubicación estratégica de lugares de descanso y contemplación en los diferentes niveles.

Finalmente, se logra configurar una vivienda con un programa que responde a las necesidades espaciales de los usuarios, respetando y resaltando a la vez el entorno inmediato donde se emplaza. El contexto montañoso, si bien representa un reto constructivo por accesibilidad y emplazamiento, ofrece una gran oportunidad para aprovechar las visuales ofrecidas por la naturaleza propia del lugar, requiriendo la lectura del sitio desde el respeto, la integridad y el valor medioambiental.